domingo, 6 de marzo de 2016

EULALIA

Eulalia siempre viene cuando no puede más, es asmática y siempre espera a que el broncoespasmo se le pase solo, pero no es así.

-Eulalia no esperes tanto, sabes que siempre acabas con aerosoles.

-Si doctora, pero esto ya no lo puedo controlar, píncheme algo y póngame la mascarilla, por favor.

 Eulalia vivió la época de la posguerra, una época muy difícil para todos y especialmente para ella.

-Doctora, yo con 22 años ya tenía 3 de mis 5 hijos, mi marido murió en casa de tuberculosis y vino Sanidad y nos hizo abandonar la casa a mis niños y a mi esa noche. Fui a casa de mi madre, pero me dijo que no me podía quedar porque ya tenía muchas bocas que alimentar, dormí en la calle y al día siguiente fui a la que era mi casa porque había dejado una lata con gofio para mis niños.Ya no estaba y me obligaron a abandonar otra vez la casa. Viví en la calle, hasta que las monjitas de la Casa Cuna me recogieron a mi y a mis niños, entonces ya eran 5. Yo trabajaba en la cocina y limpiaba y mis niños comían y dormían caliente todos los días. Le estoy muy agradecida a las monjitas.

-Mis hijos tienen su oficio y viven bien, pero me echan en cara mi vida en la calle de aquellos años. Ellos no entienden que tuve que hacer de todo por ellos...que los últimos nacieron porque tenía que dar de comer a los primeros...yo no soy una mala mujer pero la vida no me dejó otra oportunidad. Gracias a las monjas, nunca se lo agradeceré lo suficiente.

-Pasa a la sala de los aerosoles, la enfermera te pondrá el tratamiento, y no esperes tanto la próxima vez.

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