Luis acaba de jubilarse, ha sido conductor de camiones toda su vida, su mujer Ana ha planchado y limpiado por horas.
-Doctora, me he encontrado un bultito en el pecho.
Después de explorarla remito a Ana al ginecólogo de forma urgente, el bultito no aparenta bueno.
Pasan los meses y vuelve Ana a la consulta con un pañuelo en la cabeza que la delata.
-Doctora, era malo, me operaron y estoy con quimioterapia. Ahora tengo dolor en una pierna y en la cabeza, dice el especialista que tengo metástasis y por eso tengo que prolongar las sesiones de quimioterapia. Ahora que Luis se ha jubilado y que los chicos ya están trabajando, sabe que el mayor que es economista está en Inglaterra y lo quieren mucho en su empresa. El pequeño, Luisito, ¿se acuerda que le costaba estudiar? ya tiene un contrato, terminó eso de ordenadores.
-Ana, Luisito es ingeniero informático, debes estar muy orgullosa de tus niños.
-Si doctora, la verdad...íbamos a apuntarnos al IMSERSO, Luis y yo, que nunca hemos salido de aquí, pero este cáncer está fastidiando. Yo le digo a ésta (su enfermedad), pórtate bien pues cuando me mandes al cementerio acuérdate que nos vamos a ir juntas.
-Doctora, mándeme algo más fuerte para estos dolores, a veces son insoportables...
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